Sigue; la cuenta regresiva al primero de julio.

A días de la elección federal, nos queda que hay un virtual ganador según las encuestas, donde los números amanecen como el peso al dólar y cada vez con menos tiempo de aún decidir que queremos para México, son tres las posibilidades más serias que nos da escoger la partidocracia; cuatro los candidatos y siete los partidos existentes, para muchos ciudadanos es claro qué representa cada uno de ellos y a cual le otorgarán su voto, para otros, un porcentaje muy importante aún no deciden señalan las encuestas, ¿será porque  les parecen iguales?, ¿será que realmente están valorando su voto?, o simplemente su voto es libre y secreto, aún así,  esa divergencia que puede arrojar este factor de ¿indecisos? será la DIFERENCIA este primero de julio, si así lo deciden.

Los indecisos

No es fortuito  que a lo largo de las campañas y debates, los cuatro candidatos mostraran mensajes para este sector de la población que aún mantiene la expectativa, ya que si tomamos en cuenta las principales encuestas del país, nos  topamos  que hay una diferencia entre el puntero Peña Nieto y los dos más cercanos de  más 20 % y menos 10 %, casi el número de indecisos, pues tan sólo en el mes de abril de este año representaban el 30 %, actualmente la cifra es del 25 porcentual.

Estos millones de ciudadanos supuestamente indecisos, para los encuestadores no les da la total certidumbre para su clientela, pues a mi juicio se trata de personas más informadas que hacen valer su derecho al voto libre y secreto o también son un sector que no tiene interés en elegir a sus gobernantes. Pero supongamos o “hagamos un ejercicio imaginario” que de ese 25% de indecisos un 15% votara por el segundo lugar del que va en las encuestas, todo cambiaría.

Los que no votan

Pero la otra proporción que no emite sufragio es todavía alta, en los últimos comicios electorales (1997-2002-2003-2006) del orden federal los niveles de abstencionismo han llegado a más del 50%. Las cifras del Instituto Federal Electoral (IFE), nos indica  que en el año 1997 para elecciones intermedias registró un 42.31% de no votantes, para el 2000 elecciones de entre ellas presidente de la república  tuvo un 36.03%; tres años después en otras intermedias la no participación llegó a 58.32%, y en el último proceso federal se estableció en 41% la indiferencia.

¿Qué nos indica esta no participación?, tal vez un descontento con la clase gobernante o quizás la falta de credibilidad en las instituciones, pero como no serlo, si en la pequeña historia del árbitro electoral todavía existen: las dudas de la certeza en la democracia, la legalidad a la hora del conteo, todo va bien mientras está en las manos de los ciudadanos pero cuando esto llega a los partidos y a los responsables de nuestro sufragio todo cambia, pero para mal, comienzan las irregularidades, los tropiezos, los sistemas se saturan, los resultados se paran, tal parece que los ciudadanos  fuimos los deshonestos a la hora de votar y contar los votos en las casillas.

No existirían dudas si no habría corrupción de gobiernos, ni las grandes riquezas que alcanzan los que llegan al poder, y sin embargo nos invitan de nueva cuenta diciendo que ya cambiaron, que son diferentes, que son honestos que son ciudadanos y no políticos.

Algunos que votarán lo harán por primera vez, tal vez no recuerden crisis económicas o fraudes electorales por su corta edad, pero lo que si recordaran que tienen un derecho de hacerlo libremente, ellos representan también millones de votos.

 Los jóvenes

Puede que no representen un porcentaje como la mayoría de los indecisos, tan sólo son poco más de 8 millones de jóvenes que ejercerán por primera vez su derecho al voto, sin duda una tarea titánica para los candidatos que se basaron también en llegar a ese sector, muchos cambiaron la imagen con candidatos a diputados y senadores más juveniles, otros abrieron sus puertas de su partido para la participación, otros los integran a casas de campaña para el trabajo diario de las brigadas, pero ¿cuántos candidatos han presentado una política pública para ellos?

Los jóvenes también adquirieron otro sentido, el ser escuchados, esa rebeldía que siempre se les cuestiona, esta vez la dirigieron a esa baja participación que siempre se han tenido en cada elección, no lo hicieron votando, todavía, lo llevaron a otro terreno, a uno que cambió la imagen que hasta hace poco se tenía de ellos, ya no son eso, o por lo menos ya no se ven así,  son parte de la política del país, de la democracia que hace falta, de la integración, de la participación de eso que ellos llamaron YoSoy#132, fueron estudiantes aquellos que levantaron  la voz y cuestionaron aquel 11 de mayo a un candidato, fueron también jóvenes los de la Ibero que rechazaron que se les llamará “porros”, fueron ellos pocos, 131 nada más los que iniciaron un movimiento que dio la vuelta al mundo, nunca una marcha contra un candidato, nunca más los volverán a subestimar en periodos de campaña, los jóvenes ya comenzaron un cambio, ahora falta que el resto demuestre lo que siempre se les cuestionó; la falta de interés en su participación en los problemas sociales, ahí están.

Ahora sólo falta contar los días, que se convertirán en horas y en minutos, queda esperar si los indecisos cambiarán y por quién lo harán, si los que no votan ahora si deciden ejercer su derecho, si las encuestas y sus números nos han presentado el retorno del PRI, falta ver si los jóvenes apartidistas ya tienen a un elegido, queda poco ya para terminar con estas campañas interminables y costosas, ahí quedará de nuevo la esperanza en la democracia, ahí está cerca muy cerca el despertar de un nuevo México, pues algo  que también nos dejó estas elecciones es que el poder está en los ciudadanos. Hasta cuándo lo haremos valer.