“Es recomendable comer de todo y no restringir alimentos, pero sí limitar las porciones que se consumen y sobre todo priorizar la ingesta de verduras en las comidas a fin de que haya un equilibrio de nutrientes y carbohidratos”, señaló la Nutrióloga Alejandra Zalapa Elias, Subdirectora de la Facultad de Nutrición de la Universidad de Morelia, al considerar que en temporada de fiestas los excesos son habituales.
Por ejemplo en el caso del pan de muerto, alimento que ha sido del gusto de chicos y grandes por varias generaciones y que ha evolucionado su presentación desde la habitual con sólo azúcar hasta relleno con los más dulces ingredientes, se debe permitir su consumo en pequeñas cantidades.
Mencionó que los tamales, atole, corundas y uchepos, alimentos que por tradición se consumen en Noche de Muertos, hechos a base de maíz, aportan una gran cantidad de carbohidratos, fibra, calcio y fósforo, los cuales son saludables hasta que se les prepara con exceso de manteca y grasas.
Enfatizó además que es en esta temporada en la que los cítricos y calabazas son los frutos más abundantes, motivo por lo que se sugiere aumentar su consumo en diversos platillos y bebidas para ayudar a proteger el sistema digestivo frente al elevado consumo de carbohidratos, desintoxicar el organismo y activar el sistema inmunológico.
Cabe señalar que si bien en estas festividades se debe moderar el consumo de carbohidratos y azúcares, ya que existen alimentos que se ubican en la mayoría de los altares tales como las frutas, calaveritas de azúcar, pan, tamales, atole y demás platillos preparados, se debe fomentar la elaboración de éstos ya que el mantenerlos vigentes impulsa la peculiar gastronomía que nos caracteriza.