AUTOR: ITZEL CHÁVEZ
Con esta investigación pretendo ampliar el estudio de la iconografía cristiana de la edad media, ahondar en la construcción ideológica del demonio, cómo y cuándo se decide llevarla a la representación en la pintura, ya que esto no venía haciéndose, lo que me lleva a pensar en un motivo específico, la imagen del diablo es siempre muy controversial por el miedo que causa o por todo lo que una imagen maléfica encierra, tabús, miedos, rechazo, todo lo que a alguien puede interesarle infundir en una sociedad, o en la psique de un pueblo. Porque el miedo es muchas veces la manera más fácil de dominar, de abarcar, de controlar.
Ya la biblia nos hablaba de lo que el diablo era y representaba para dicha religión, la gente muy probablemente debía solo imaginar la apariencia que este ser tenía pues no existía algo que pudiera ilustrar a los creyentes de lo que se les hablaba, por esto, creo que fue necesario llevarlo a la representación gráfica, y hacer más fuerte su imagen y presencia en el mundo tanto espiritual como, de alguna manera, físico, para el control del pueblo, para otorgar un beneficio a la iglesia, quien lo ha creado finalmente, beneficio que le ayudará a expandirse territorialmente sin perder los ya adquiridos adeptos, asegurándole la estabilidad que necesitaba para llegar más allá.
Iconográficamente creo que la imagen del diablo adquirió atribuciones nuevas en favor de enriquecer esa maldad, ese ejemplo de lo que no se debe hacer, de lo que debes temer y de lo que puedes sufrir al cometer el tan rechazado y temido pecado.
Con esta investigación espero cubrir todos esos aspectos, nacimiento, continuación y complejización de la imagen del diablo que la llevó incluso a un culto, el tan famoso Satanismo.
Así como la iconografía atribuida a su imagen. Pretendo también hacer un análisis de cinco obras comparando la iconografía y sus atributos, encontrar si hubo solo uno o varios demonios y cómo llegaron a esa representación, y definición de varios demonios.