Equus - Universidad de Morelia
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Equus

“Otro tipo de fánatismo”.

Iveth Laguna

 

Allow me to show you/The way which I adore you//All I want is to be part of you

Equus by nature/Timid creature//I Will protect you/Won’t let anyone/Take you away

(Blonde Redhead – Equus)

 

Adaptar una obra. Tomar elementos del guión original para hacer una nueva versión. Puede ser que se modernice, o que simplemente se cambien situaciones, lugares y nombres para que correspondan con nuestra realidad, o presupuesto y recursos humanos. Fue eso lo que se hizo con “El caso Equus”, versión, adaptación, libre de la propuesta original que Peter Shafer escribiera en 1973. La puesta en escena corrió a cago del grupo Sociedad Escénica Uruapan (S.E.U) y tuvo lugar el viernes 24 de junio en el foro  “La Capilla” de la Casa de la Cultura.

Lo primero que vemos es un hombre (interpretado por Luis Gonzalo Chávez) relatando lo que soñó, que era él una suerte de sacerdote en la antigua Grecia cuya función era destazar a los sacrificados. Confiesa que, a medida que avanzan las acciones en el sueño, se siente cada vez más asqueado de lo que hace; mas le es imposible dejar de hacerlo. Una revelación similar tiene el personaje hacia el final de la obra, ahora referente a su trabajo como psicólogo.

“El caballo no puede ser montado por nadie, salvo por un chico” (cita de la obra)

Lo que sigue puede no quedar muy claro en primera estancia, pero todo va cobrando sentido. Es un muchacho (Alan, traído a la vida por Iván Yáñez) que reza. Lo cual sería totalmente normal, de no ser porque su imagen venerada es la de un caballo. Eso es lo que le da nombre a la obra teatral, pues equus no es otra cosa más que la palabra en latín para designar a los mamíferos equinos (caballo, asnos y cebras).

Doctor y paciente. Ambos tratando de descifrar al otro, así sea nada más para mantener sus secretos ocultos. Durante los 85 minutos, más intermedio, que dura la obra, no hay más actores. Demos gracias que Luis e Iván tienen buena química y ritmo en escena, o esto podría volverse insoportable. También en sus momentos individuales, los actores hacen muy buen trabajo interpretando sus papeles.

“Este chico con su mirada trata de salvarse”

Destacable la actuación de Iván en los momentos en que Alan recuerda. Sobre todo cuando cuenta cómo se escapaba de noche para estar con sus amados caballos, y lo que sucedía cuando salía con su favorito a cabalgar. En una reciente puesta en escena de la obra original en Reino Unido, el actor Daniel Radcliffe, interpretando el papel de Alan, fue objeto de controversia ya que la escena antes descrita, en la versión original, exige un desnudo frontal. Aquí no. Aquí el actor sí se quita la ropa, pero siempre está de espaldas a la audiencia.

Los diálogos es otra arma con la que cuenta la obra. Cada personaje tiene más de un momento monólogo, ya sea que esté soñando, recordando, o simplemente pensando; los cuales están escritos de una manera que va acorde con la personalidad y actitudes de cada personaje. Eso incluye un lenguaje apropiado para cada uno, a demás de una interpretación realmente buena, en la que texto, tono y gestos, funcionan para situar al público en el lugar que se le quiere tener.

Hasta la iluminación se cuida. Hay varios cambios durante la presentación. Por ejemplo, cuando están en consulta, es una luz blanca que llega a molestar cuando se va de los recuerdos (identificables por usar solamente una luz amarilla o azul mientras que lo demás  queda en la oscuridad) a la realidad. Incluso cuando el chico está soñando, pensando en su poco usual Dios, se usa una luz roja, muy ad hoc de la pasión que se va desenvolviendo en escena.

“La mirada de él, sostiene y mata. Como un Dios”

Para complementar todo esto están los sonidos. Efectos como un grupo de personas hablando con Alan, o el sonido de un lápiz golpeando el escritorio (sincronizado con los golpes que en efecto da uno de los personajes). Música casi no hay, algunas tonadas típicas de películas de oeste cuando Alan cuenta que a él le gustan esas películas, a pesar de las objeciones de su padre a la televisión en general “es una droga peligrosa… un engañabobos lleno de violencia, noticias amarillistas, chistes y tipos tratando de venderte algo”.  Otra canción se usa casi al final, para impregnar las confesiones de Alan de todavía más drama.

Estamos frente a un drama psicológico. Junto con el doctor, tratamos de penetrar en la psique del chico, de conoce el motivo de su fanatismo hacia los caballos. El camino no es nada sencillo, podría ser más confuso. Si en efecto logramos llegar tan lejos, conocer la raíz del problema a tal grado de poder eliminarla, ¿lo haríamos?

El Caso Equus viene a probar que no importa el presupuesto, cuando se tiene talento.

Obra: Caso Equus.

Grupo: Sociedad Escénica Uruapan.

Lugar: Foro La Capilla.

Reparto: Luis Gonzalo Chávez, Iván Yáñez.

Dirección Escénica: Adán Ortiz.

Dirección General: Luis Gonzalo Chávez.

Músicalización y sonido: Alex Huanosto.