La curva peligrosa - Universidad de Morelia
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La curva peligrosa

Valeria Lira Salas

A los 15 Nadie se Muere

15 años. Yo tenía 15 años cuando empecé a fumar como una maldita pipa, tomaba aguas locas y tenía discusiones intelectuales al calor de cafés con charanda.

La curva de los 15 años, la adolescencia, los años secundarios que definen el resto de nuestras vidas. Es en esa curva donde puedes librarla y seguir hacia adelante o perder el control, salir disparado y hacerte mierda; no hay cinturón de seguridad ni bolsa de aire, sólo hay destino.

A los 15 todo parece lejano, y pasa tan rápido; lo quieres, lo tienes, lo pierdes, lo olvidas y el camino sigue, o al menos eso pretendemos a los 15 años.

15 años, la escuela, los amigos, las reglas absurdas, los padres, el alcohol, las drogas, el primer amor. El mundo espera, pero no importa, de todas formas me lo voy a comer.

A esta edad eres muy grande ya para unas cosas, pero para otras todavía estás mocoso, o eso dicen los adultos que se sienten muy “chichos” por tener ríos de arrugas y amargura acumulada.

La secundaria, le época en que perdimos la inocencia. Las clases, los maestros, las mentiras, el salón de clases, el amor, el descubrimiento del sexo a placer. Curva Peligrosa es una obra sobre la vida y el mundo a los 15 años, las cosas, los problemas, la rapidez con que giramos y lo fácil que se nos va la vida entre sueños.

Carlos, Adrián y Corina, los tres tienen 15 años y viven intensamente sin darse cuenta. Sobreviven juntos a las curvas de la vida, a pesar de que la sociedad les ha lanzado una tras otra bolas rápidas que han debido esquivar para no morir en el camino. Morir, nadie se muere a los 15, porque a esa edad la vida pasa tan rápido que no hay tiempo de pensar en el horizonte que espera al final del camino, mientras la carretera sea recta hay que seguir adelante.

Es una obra reflexiva, nostálgica, cada quien ve reflejada en ella su propia adolescencia. No trata de sorprender, mucho menos de aterrorizar o dar lecciones de moral y vida familiar, la verdad el objetivo de esta obra es arrancar sonrisas de recuerdo en el público. Recuerdo de los años pasados, los sueños que no se cumplieron, los amores despedazados, miedos y problemas que hoy ya no importan, quedaron atrás. Recuerdo de cuando querías crecer, aunque hoy ya estás cansado de ser grande.

Personalmente el guión me pareció grandioso, perfectamente bien adaptado al público, comprensible. Es una obra para jóvenes, adultos, los que vivimos el duelo de todo lo que no pudo ser. El pasado suele ser una absurda añoranza del hombre, como un pretexto para darse de topes contra la pared.

En una especie de performance los personajes cuentan la historia de una manera que cada espectador puede verse reflejado en algún momento o escenario. Todos regresan a sus años de adolescencia y se miran como en un espejo, con un golpe directo a la cara.

Al final Carlos, Adrián y Corina se mueren en la curva peligrosa. Ni la escuela, ni sus padres, ni sus amigos, nada ni nadie puede salvarlos de hacerse mierda en el horizonte de la vida, porque es el destino que los espera.

Curva Peligrosa es, como su nombre lo dice, una obra peligrosa, porque puede que nos ponga a flotar en la nostalgia y luego nos deje caer de golpe en el pavimento.