Conferencia: “El Coleccionismo y Mercado del Arte Contemporáneo” - Universidad de Morelia
loader image
Skip to content

Conferencia: “El Coleccionismo y Mercado del Arte Contemporáneo”

Conferencia: "El Coleccionismo y Mercado del Arte Contemporáneo"

Ver más fotos…

El día de ayer 25 de septiembre, alumnos de la Licenciatura en Historia del Arte, asistieron a la conferencia sobre “El Coleccionismo y Mercado del Arte Contemporáneo” impartida por A.V. Azucena Solórzano Ávila en el Auditorio Fundadores de nuestra Universidad.

Les compartimos un poco de que lo que se dijo en la charla:

El coleccionismo, tal como lo entendemos hoy, nació en Italia, durante el Renacimiento. Fue también en esa época, hace 600 años, cuando surgieron las figuras del Mecenas y del Patrono.

A partir de entonces, lo que llamamos mercado del arte ha sido un factor clave para impulsar el desarrollo de la creatividad en los distintos campos de la actividad artística: sugiere rumbos, trayectorias y derroteros que, al ser inéditos, enriquecen el espíritu humano.

El papel del coleccionista en este proceso es fundamental. En torno a su necesidad de satisfacer un goce estético se ha generado toda una estructura que incluye museos, galerías, ferias, bienales y subastas, así como el ejercicio de la crítica de arte y el quehacer de los dealers, de los curadores, promotores y de editores de publicaciones especializadas.

A lo largo de los siglos, tanto el coleccionismo como el mercado del arte se han ido transformando de acuerdo a lo que exige cada época, pero en esencia, los motivos y las condiciones que definen al coleccionista de arte son las mismas: debe tener sensibilidad para gustar y valorar una obra; cultura, para comprender el contexto y los escenarios donde se desenvuelve el artista y, desde luego, dinero para adquirir obra.

Por detrás de tales condiciones y motivos, el motor que mueve todo esto tiene una elevada naturaleza: es ese sentimiento trascendente que se alcanza frente a una auténtica obra maestra; el goce desinteresado del que nos habla Kant. El arte es una inversión, sí, pero en calidad de vida. Estimula el espíritu y desafía nuestro modo de pensar. El actual comprador de arte quiere explorar lo que le parece nuevo y excitante y está dispuesto a correr riesgos para alcanzar ese objetivo.