Naufragando en tierra

Autor: Iveth Laguna.

Ejercitar el oído y la vista. Agudizar los sentidos para lograr captar todos los matices que se desarrollan frente a nosotros. A la par de todo eso, tener la capacidad para imaginar lo que no vemos, aquello que los sonidos, las voces y los movimientos, nos quieren decir.

Es la propuesta del ensamble musical Dormir en Tierra, presentado el pasado martes 31 de mayo en la sala Niños Cantores de Morelia (Conservatorio de las Rosas). Una adaptación del texto escrito por José Revueltas, incluso algunos pasajes del cuento se reproducen, haciendo uso de proyectores, en las paredes de la sala.

Los encargados de la adaptación textual-visual, a obra musical, melódica-auditiva, fueron Miguel Ángel Montejo y Leonardo Solorio. El texto, y por tanto la música habla de unas prostitutas y unos marineros (y de la salvación del hijo de una de ellas). Nos va contando sus historias, sus naufragios, sus llegadas a buen y mal puerto, y la salvación al final de todo.

Cantan las sopranos Andrea Romero y Thalía de Montserrat Forcada, “ellas y ellos, todos con la misma expresión de desesperación”, que es lo mismo que podría sentir el público en los momentos en el que la música del ensamble supera los decibeles de las voces. Cuando son nada más ellas cantando, se escucha bien, se disfruta. Todo junto, de repente desconcentra.

También los fondos visuales sacan al público de concentración. Por eso decimos que hay que ejercitar nuestra capacidad de concentrarnos en dos cosas a la vez, aunque dicho así suene contradictorio. En una obra como esta, se cuenta con un fondo dinámico, proyectado, que busca aumentar la sensación de estar ahí mismo, en el mar, sufriendo cuando ganas y festejando cuando pierdes.

Durante las dos primeras melodías, vemos a un hombre en el fondo del escenario. No queda muy claro qué hace ahí, y si uno es fácil de distraer pues es lógico que pierda un poco el hilo narrativo cantado de la obra por estar pensando en qué momento entrara a escena el hombre. Lo que por fin sucede con el pasaje de Dime Mar, que suponemos retrata la conexión entre un marinero y una prostituta. Queda claro entonces que ellos se van perdiendo en el mar, con la esperanza de volver, mientras ellas se mantienen en el puerto, esperando incluso cuando no les queda nada por lo cual esperar. El hombre canta “Tú debes saberlo, Mar, dime”, la mujer lo sigue y uno como espectador también quiere saberlo, es importante.

Justo entonces, viene el intermedio. Quizá la parte más confusa para quién no esté acostumbrado a una obra o interpretación con tales características.

Las luces continúan apagadas cuando comienzan a escucharse burbujas. Burbujas, viento, tormentas. El mar sabe que el náufrago realmente nunca regresa a su casa. El espectador es lo que no sabe lo que sucede. ¿Es hora del segundo acto? ¿Y las luces? ¿y los músicos? Quizá es momento de recordar aquel otro teatro, mágico místico musical, que a su entrada anuncia no ser para cualquiera (El Lobo Estepario, Hermann Hesse).

Cada vez quedan menos dudas de que Dormir en Tierra es un viaje. Una obra musical que nos remite, ahora más que nunca, al mar. Sin visuales ni personas. Nosotros y el agua sucia. Sería bueno que dejásemos de preguntar qué pasa y aceptáramos que la música nos lleva. Dejar que nos revuelquen las olas a pesar de seguir completamente secos y en tierra. Estamos en el mar,  no estamos a salvo.  Al menos en el universo de Dormir en Tierra. Porque acá en la vida real se trata de la pieza Siete minutos compuesta por Eduardo Solís.

Es así que entre la locura de la tormenta y ruidos que remiten a naves marítimas a la deriva, vuelven a escena los músicos. Cello, piano, clarinete y soprano. Este viaje, sui generis para más de uno de los presentes, no termina. Regresa la voz, el canto. Vemos un niño en el fondo, un niño que ha llegado casi de la nada. Seguimos en el ejercicio de poner todos los sentidos a trabajar, simultáneamente aunque alguno quiera superponerse a otro. Son piezas para escuchar, sí, sin embargo, también exigen que veamos para comprender, para saber que estamos viendo a madre e hijo, salvados.

No hay que intentar leer el texto, que sale ahora de los proyectores y que llena las paredes de palabras aisladas, acompañadas. Parece competencia, a ver cuál dura más y cuál logra quedarse en la memoria del espectador. Hay momentos en que las paredes están llenas (imposible de leer, hablan de pescado, bofetadas y salvación), y otros en el que sólo hay una o dos palabras (agua, luz, ella, sola).

No estamos aquí para leer ¿o sí? Sí estamos para disfrutar la música, la voz y los sonidos por igual. No hay que cerrarse a las fórmulas conocidas, hay que aventurarse, aprovechar si es arte trata de acercarse a nosotros. Primero vivirlo y luego decir me “sí me gustó” o “no me gustó”. No es una obra sencilla, no te dice “esto es lo que debes sentir y esto es lo que debes escuchar”. Queda un hueco que en ningún momento es falta de imaginación, o de talento, de los intérpretes. Más bien, se trata de una oportunidad casi de oro para que el escucha, el público, ejercite su propia creatividad, llene los vacíos, y se imagine cada quién la historia que más le guste.

 

Ficha Técnica

Dormir en Tierra.

Compositores: Miguel Ángel Montejo y Leonardo Solorio.

Director de escena: Fernando Ortiz.

Repetidor: Mario Quiroz.

Diseño de video: Fernando García.

Ensamble de las Rosas: Guillermo portillo (flauta), Alfredo Valdéz-Brito (Clarinete), Miguel Ángel García (violín), José Luis Gálvez (violonchelo) y Mario Quiroz (piano)

Sopranos: Luz Andrea Romero, Thalía de Monserrat Forcada Heras.

Tenor: David Alberto de la Mora.

 

Dormir en Tierra

Autor: Valeria Lira Salas.

“Tú debes saberlo mar, dime mar…

La noche que dormimos en tierra por primera vez”

“Dormir en Tierra” es un proyecto músico – teatral – literario que realiza un homenaje al cuento del mismo nombre del escritor mexicano José Revueltas, cuya característica es la crudeza. Las descripciones sobre un desgraciado pueblo de prostitutas y hombres “sintrabajo”, donde la única esperanza de vida recae sobre un niño polizonte de un barco en altamar.

Este concierto, se realizó en Morelia en el marco del VII Festival Internacional de Música Contemporánea.

El escenario fue la sala “Niños Cantores” del Conservatorio de las Rosas, que incluyó música con instrumentos clásicos, canto y teatro, así como una producción audiovisual realizada por computadora en un intento por satisfacer los distintos sentidos de los asistentes. Cabe destacar que presentaciones de este tipo ya se habían hecho en otros festivales y ferias.

La unión de música, literatura y teatro es una relación que no suele verse tan comúnmente en la música contemporánea en Michoacán, quizás en un intento de conservarla intacta y no volverla objeto de experimentos que le resten esencia. Este proyecto destaca porque rompe los esquemas de los conciertos clásicos y experimenta con los sentidos del espectador.

El uso de pasajes de esta obra, en un intento por crear una especie de “performance”, enriquece en gran parte la experiencia, porque ayuda a los espectadores a entender de muchas maneras lo que quieren decir los músicos. El uso de un esquema literario para crear piezas musicales habla mucho de experimentación, algo que en esquemas tan cuadrados como los instrumentos clásicos, es difícil de aceptar por el público, principalmente el no tan joven, que suele estar más cerrado a las expresiones artísticas nuevas.

La segunda parte fue una especie de presentación electroacústica en la que los músicos desaparecieron de escena y el concierto se volvió una conjunción de sonidos previamente grabados, en un intento por crear expectación, pero desgraciadamente dejando de lado la estrategia del inicio, por lo que se perdió contacto con el público que, en un momento, no entendió que el concierto continuaba.

En esta presentación se hizo mucho énfasis en el estilo catastrofista y crudo que tiene José Revueltas, a través de actores silenciosos se iban representando las escenas del cuento, de manera que los asistentes no podían perder detalle de la historia que se estaba narrando.

En general me parece que se debería fomentar más la experimentación en todas las vertientes del arte en Michoacán, y es que resulta evidente que las expresiones artísticas nuevas no son tan apoyadas como las clásicas, en un intento por no perder el tiempo con experimentaciones que, se cree, no serán aceptadas por el público y sólo costarán dinero de los tan codiciados presupuestos para el fomento a la cultura que tiene el estado.

Es importante hacer notar que este espectáculo, así como otros más tienen el objetivo de mostrar al público cómo se trabaja dentro de la Escuela de Música del Conservatorio de las Rosas, en un trabajo conjunto entre maestros y alumnos.

Por otra parte la literatura de José Revueltas, en mi opinión personal, se presta mucho para este tipo de espectáculos, en especial por las descripciones tan realistas que hace el escritor, y claro por que refleja siempre la realidad del México de principios del siglo XX. Las representaciones teatrales y musicales suelen enriquecer la experiencia de las lecturas netas.

El Festival de Música Contemporánea, realizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Michoacán, es un intento más por atraer la atención a esta región de una manera positiva, no sólo en el aspecto de los sucesos violentos que se han estado dando en los últimos años, sino fomentando que supuestamente Michoacán es una región turística, con atractivos históricos y culturales que difícilmente se encuentran en otras partes del país.

Sí, es cierto que Michoacán apoya los festivales culturales y de divulgación de las expresiones, sin embargo, habría qué preguntarse a quiénes apoya en realidad pues, para todos los creadores del estado es claro que producir en el estado no es tan sencillo, no basta con ser bueno, hay que usar el nepotismo para destacar en la corta fila de los artistas michoacanos que brillan en los espacios oficiales. Reconocimientos del tipo del Premio Estatal al Mérito Juvenil están predestinados para ciertos sectores de la sociedad, que favorezcan a quienes están en el poder, y los verdaderos jóvenes destacados quedan fuera de sus filas y nunca son reconocidos por su trayectoria.

Así es como este tipo de eventos nos demuestran que la experimentación también tiene audiencia en Michoacán, no sólo los artistas más conocidos en el género de la música contemporánea del estado, sino los nuevos creadores que están egresando del tipo de escuelas como el Conservatorio de las Rosas y que también buscan un espacio para destacar en los escenarios michoacanos.

En mi opinión personal fue un buen concierto, a nivel artístico la experimentación siempre es buena porque suele crear nuevas expresiones y géneros, modas y tendencias en torno al arte moderno que puedan guiar a los creadores en su trabajo y a los espectadores en gusto.

 

Dormir en tierra

Autor: Lucia Cecilia Ramírez Montes.

“Dormir en Tierra” es el proyecto musical creado a partir del texto de José Revueltas y presentado por el Ensamble del Conservatorio de las Rosas de Morelia.  El proyecto dirigido por el maestro Fernando Ortiz fue participe del séptimo festival de música contemporánea.

Con base en la literatura de Revueltas, con principios ideológicos muy definidos, los compositores Miguel Ángel Montejo y Leonardo Solorio trazaron un proyecto musical conjunto tratando de incluir estos principios ideológicos de realismo socialista en la estructura del proyecto.

La presentación se divide en tres partes principales. Los instrumentos del ensamble fueron instrumento de percusión, cello, clarinete y piano; todos en las manos de personas sumamente destacadas del conservatorio de las rosas. En la primera parte toca el ensamble música arrítmica y sin armonía, acorde con las características principales de la música contemporánea. Acompañando la música, cantan dos chicas con voz en el registro de soprano que, en la interpretación de la obra de Revueltas, son las prostitutas en las cuales se centra la primera parte del libro del autor.

La segunda parte y sin duda la mejor lograda, es tocada con el auditorio en completa oscuridad. Comenzaron a escucharse los sonidos que creaban un espacio atmosférico. La música y sonidos es atonal y disonante, rompe con todos los moldes de la música.

En el tercer, regresan a escena una las mujeres; esta vez acompañada de un niño. El pequeño es el personaje del libro de Revueltas que es el hijo de una de las prostitutas. En este último acto se hace una puesta en escena fragmentos de la lectura de Revueltas proyectadas en las paredes laterales y frontales del escenario. Se logra combinar al ensamble, voz y efectos visuales para trasmitir la temática “cruda de prisiones, persecuciones políticas, parias y gente olvidada.”  La voz de la mujer que canta logra cantar exactamente acorde con el cello, sin duda, algo que sorprendió a los presentes.

El proyecto Dormir en Tierra ya que en gran medida la música fue la interpretación de sus autores del libro de Revueltas. La pregunta que tuvieron que contestar fue qué (nos) transmite el texto, para así hacerlo música.

Este tipo de proyectos es difícil de interpretar por una audiencia como los que estuvimos presentes esa noche. Una, por el hecho de que lo que se logró en escena no es más que la interpretación personal de sus compositores. Dos, la música contemporánea en sí es debatida por los eruditos de la música. El simple término es debatido.  Se ha utilizado el término “contemporáneo” como sinónimo de “moderno”,  mientras que otros son más restrictivos y se lo aplican sólo a los compositores que están vivos y a sus obras. No existe un acuerdo universal acerca de cómo hacer estas distinciones. Entonces, también existe un debate dentro de qué es música contemporánea y qué no y sus características concretamente.

 

Dormir en tierra, un concierto que libera los sentidos

Autor: Daniela Sánchez.

Yo pienso que este concierto fue un buen ejemplo de que el arte sí se puede juntar para formar otras cosas, la música y las artes escénicas hicieron buen equipo la noche del pasado martes 31 de mayo.

El cuento Dormir en Tierra del escritor mexicano José Revueltas es muy importante para la literatura mexicana porque habla de historia y hechos reales que sucedieron en el país. Creo que también es una forma de enseñar los hechos pasados a los que vienen a los conciertos y animarlos a leer esta obra literaria.

Personalmente, me conmovió mucho la parte en la que el niño estaba jugando con el agua, pienso que es un reflejo de la infancia en la historia que estaban representando, al igual que cuando había un hombre tirado al fondo del escenario.

El hecho de que usaran distintos sonidos para atraer a los que estábamos escuchando me parece muy importante porque así no se pierde la atención y uno siempre está atento a lo que está sucediendo en el escenario, sin dejar de lado la escena en que va la historia que nos están contando.

Me parece que fue un concierto muy corto, pudo haber sido más largo para alcanzar a entender todo lo que querían decir los artistas entre la música y las representaciones, pero aun así pienso que se alcanzó a entender muy bien la historia y los efectos, aunque el sonido no era muy bueno.

Tal vez el gobierno debería acercar los conciertos como este a otros lugares donde la gente no tiene acceso a festivales de música ni a obras de teatro. Así las personas conocerían más este tipo de cosas y tal vez se preocuparían por aprender un poco más y no quedarse en su ignorancia.

El trabajo del Conservatorio de las Rosas es preparar a personas para que difundan la música en todos los estratos sociales, no sólo con los que vienen a este tipo de conciertos y que generalmente siempre son los mismos, sino también afuera donde la gente no sabe porque no conoce y no tiene oportunidad de acercarse, y un ejemplo es el Festival de Música Contemporánea que tiene conciertos gratuitos como este y que también presenta el trabajo de los estudiantes de la escuela de música.

Me pareció muy emocionante la parte en la que los artistas desaparecieron del escenario y se comenzaron a escuchar ruidos como dentro de una historia. La presentación se volvió muy atractiva y salió de lo común porque dejaba que el público se imaginara sus propias imágenes de la historia y además se completaba con los actores que ambientaron el escenario, mismos que estaban vestidos y pintados de acuerdo a la historia que se estaba contando.

La tercera pieza fue la mejor de todas porque se utilizó la tecnología para hacerla y sí logró causar emoción en el público. Aún cuando eran sonidos hechos en computadora y las cosas no eran tan reales como en las otras dos piezas yo sí me creí los efectos y logré imaginarme lo que querían decir. Pienso que fue un buen experimento musical y se salieron de la idea que siempre tenemos de los conciertos de música clásica donde todo es igual y silencioso, de una manera muy cuadrada.

Yo creo que es muy importante que se sigan haciendo conciertos y espectáculos artísticos en espacios como este que, por la antigüedad que tienen, van pasando los años y se olvidan, se abandonan y son destruidos, en lugar de rescatarlos y dejarlos como monumentos históricos que todos podamos disfrutar y que sean testigo de la historia de la ciudad y del estado. No podemos olvidarnos de la historia de nuestro país por pasar a la modernidad.

De alguna manera este espectáculo también sirvió para animar a las personas a leer. Yo, por ejemplo, ahora estoy muy interesada en leer la novela de José Revueltas, porque el concierto me invitó a saber más de la historia que contaba. Tal vez si llevaran este tipo de cosas a los niños habría más lectores.

Siento que es muy bueno que se hagan festivales musicales en Morelia porque atraen al turismo y demuestran que aquí también hay cultura. De alguna manera le dan importancia al estado y eso lo distingue  de los otros.

Yo creo que lo más importante de todo es que el público sí disfrutó del concierto y se vio emocionado con el espectáculo, como lo demostró con todos los minutos de aplausos que hubo al final como una forma de agradecer a los músicos por la calidad de su interpretación, algo que a todos nos pareció muy bueno y emotivo.

Fue claro que los músicos eran muy talentosos y demostraron la calidad de lo que han aprendido estando en  el Conservatorio de las Rosas para ser futuros músicos que representen a Michoacán en todo el mundo. Me parece importante la ayuda que la escuela brinda a estos artistas para presentarse y mostrar sus ideas innovadoras al público.

Quizá en un futuro estos músicos sean estrellas artísticas y nos representen, por eso es importante apoyarlos ahora que están en proceso de formación y se comienzan a dar a conocer en el ambiente musical.

El concierto me pareció muy bueno y los artistas muy comprometidos con el proyecto que llevaron a cabo.

La Megabizcocho, producto musical de calidad llega a Morelia

Autor: Valeria Lira Salas.

Michoacán podrá no trabajar, pero bien que canta. En el marco de la Expo Feria Michoacán 2011, el domingo 15 de mayo se presentó en Morelia la cantante, soprano y actriz Regina Orozco, mejor conocida como Megabizcocho, en un concierto homenaje al poeta urbano Chava Flores.

Al son de “Herculano”, “Besame Mucho” y “Muñequita Linda”, entre algunas otras canciones mexicanas, la Megabizcocho deleitó al público con la ironía que la caracteriza.

Regina Orozco es una artista mexicana que interpreta música folclórica y opera, además ha participado en películas como Profundo Carmesí (2006) y Efectos Secundarios (1996), entre muchas otras. También ha realizado montajes en cine y televisión. Anteriormente se había presentado en la capital de Michoacán para leer textos dentro del programa itinerante Leo, Luego Existo.

Le dicen Megabizcocho por su voluptuosa figura, pero la verdad es que, igual puede hacer mofa de su propio sobrepeso, que manifestarse a favor de causas minoritarias ya sean de homosexuales o feministas.

Hubo pocos asistentes en el recital, pero para ser sinceros, Regina Orozco no es artista comercial, al contrario, poca gente puede llegar a entender la forma en que esta mujer interpreta los clásicos mexicanos y se burla de los estereotipos que rigen a nuestra sociedad. Además abría que tomar en cuenta el contexto social para el que se planeó este concierto, que por una parte fue un espectáculo montado para las clases populares de Morelia, lo cual significa que es población con bajo nivel de educación y difícilmente conoce y aprecia expresiones culturales de este tipo. Por otro lado Michoacán es un estado donde las personas no se caracterizan por tener un nivel cultural elevado, entonces resulta ser muy contrastante la asistencia que tienen este tipo de eventos en Morelia, a la que hay cuando se realizan en lugares como el Distrito Federal, donde además de haber mayor número de población, hay más diversidad, espacios y apertura a las distintas formas de expresión artística que se generan en la ciudad.

Fue una presentación corta, en vista de que Oscar Chávez era el segundo esperado de la noche, quien por cierto no fue tan aclamado como la interprete de Tlacoyo de Frijoles con Co-K Lait, a pesar de su distinguida e indiscutible trayectoria artística.

Aun cuando el público suplicó por más, Orozco sólo cantó alrededor de 10 piezas, a pesar de que posee un extenso y destacado repertorio que en otros estados ha sido ovacionado por la crítica.

Irónicamente, después de cantar algunas letras satirizando la política mexicana, Orozco agradeció al gobernador de Michoacán Leonel Godoy Rangel por haberla convocado a esta Expo Feria Michoacán 2011.

En conferencia de prensa después del concierto, Orozco aclaró que su participación en el fastuoso evento del bicentenario fue sólo una contratación, sin que ella obtuviera mayor beneficio a cambio, más allá de la remuneración económica que suele cobrar por sus presentaciones. Destacó que le fue difícil tomar partido respecto a esta situación, debido a la cantidad excesiva de dinero que se gastó para llevar a cabo las celebraciones por el centenario de la Revolución y el bicentenario de la Independencia mexicana.

En lo personal, pienso que es un error buscar que las figuras mediáticas tomen partido respecto a situaciones del país, ya que antes que nada ellos también son ciudadanos y se ven afectados por lo que sucede en la nación, independientemente de si están o no expuestos al ojo público.

Finalmente el concierto, aunque corto, se llevó a cabo a la altura de las circunstancias y el reducido número de asistentes pudo disfrutar de algo que pocas veces sucede en Morelia. No importó el clima de inseguridad que se vive en el estado desde hace varios años, ni los destrozos a la ciudad que hicieron los aficionados del Club Monarcas Morelia por el partido de futbol que se había llevado a cabo horas antes.

Está claro que la estrategia de realizar eventos de este tipo en Michoacán no es otra más que dar pan y circo a las clases bajas. Es por eso que se destaca el hecho de que, en una feria popular, se incluyan productos culturales de alto contenido como lo es esta folclorista mexicana, y no sólo productos vacíos que sirvan para entretener al pueblo y mantenerlo en su ignorancia.

 

Bienales Alfredo Zalce

Autor: Valeria Lira Salas.

Se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce (MACAZ) la exposición de los últimos 7 concursos de la Bienal Nacional de Pintura y Grabado Alfredo Zalce, con las obras de los artistas más destacados que han participado.

Alfredo Zalce Torres, importante e imponente artista michoacano, estudió en la Escuela de San Carlos, cuna de grandes artistas mexicanos, y fue considerado uno de los últimos exponentes del muralismo post-revolucionario, realizando trabajos al lado de otros artistas como Diego Rivera, Fernando Gamboa y Sóstenes, entre muchos otros que destacaron en la época.

También fue fundador y maestro de varias escuelas de arte en México, entre ellas La Esmeralda, la Escuela de Pintura y Escultura en Taxco y la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM.

El arte post-revolucionario fue un movimiento artístico que surgió como forma de promoción de las luchas revolucionarias y la búsqueda de la identidad contemporánea de México, es por eso que se hicieron las exposiciones universales, para estar a la vanguardia y dejar atrás el retraso cultural que había en el país, y el gobierno solía dar becas a los artistas para que fueran a otros países a promover lo que se hacía en México.

Esta exposición es un homenaje que reúne lo más destacado de la bienal, así como premios especiales y menciones honoríficas en su nombre.

La importancia de Alfredo Zalce como artistas michoacano, y que no se ve reflejado en las obras del concurso que lleva su nombre, es que su trabajo siempre estuvo enfocado en el rescate de la cultura del estado y en la formación de nuevos artistas, y aunque pareciera que las obras expuestas tienen algún pretexto social la verdad es que no reflejan para nada la esencia del arte de Zalce. Cabe destacar que lo expuesto forma parte del acervo constitutivo del MACAZ, colección que resulta un legado para la ciudad y sus habitantes.

Desde mi punto de vista el artista plástico tiene dos tareas principales. Una es el compromiso que tiene con la sociedad en a que convive y se desarrolla, porque como artista no puede mantenerse alejado de las problemáticas del mundo en el que vive, sus obras sirven para denunciar, demostrar, evidenciar, encontrar realidades verdaderas que están a su alrededor y afectan su vida.

Su otra tarea es la de la educación. Por más que el arte sea subjetivo y refleje sentimientos propios el artista, al llamarse a sí mismo así, tiene la obligación de educar a otros en la misma tarea, para así crear nuevas tendencias y no estancarse, ya que la naturaleza del arte es cambiante y en movimiento, nunca es estático porque se vuelve monumento y deja de ser subjetivo.

Viendo esta exposición está claro que el certamen se encuentra abierto a diferentes estilos y formas de experimentación, sin embargo, no parece haber parámetros que tengan alguna visión ni una guía con filosofía, algún sentido, un por qué.

Algo importante del legado artístico de Zalce es que formó parte de la generación de artistas que se dedicó a retratar al pueblo. Al lado de personajes como Kahlo, Rivera y Orozco, Zalce también contribuyó a construir la imagen del pueblo mexicano en la primera mitad del siglo XX; imágenes de campesinos con sombreros y nopales espinados forjaron la imagen de México en el extranjero, algo que hasta ahora no ha podido cambiarse, aunque hay que reconocer que también, gracias a esta generación artística que rompió paradigmas, el arte mexicano fue conocido y reconocido en todo el mundo y aún hoy se recuerdan y reconocen artistas nacionales en el extranjero, en especial siguen siendo reconocidos los de esta generación, que llevaron el arte a las calles, las escuelas, las universidades, las pulquerías, donde estaba el pueblo. Lo que reafirma el pensamiento de que el artista tiene la tarea de educar difundiendo su obra; un artista verdadero siempre terminará, irremediablemente, enseñando a otros por el mismo camino de lo que él aprendió.

La exposición es buena desde mi punto de vista personal, tiene una selección de obras que pueden asombrar a quien no conoce mucho de arte, sin embargo, no parece tener nada que ver con la idea del museo, ni con el concepto de un concurso en honor al artista; a mi me gusta que algunas son como obras de postal y dan ganas de guardarlas.

Finalmente el objetivo de abrir certámenes como este es la difusión de las obras artísticas de las nuevas figuras en el campo del arte, y cómo ellos mismos lo mencionan, lo más importante es la gente que acude a ver la producción generada dentro de este tipo de concursos y la invitación para que otros creadores se unan y expongan su producción.

Quizá la única recomendación es que este tipo de concursos deben estar más cerca de las calles, de las personas comunes y de los estudiantes, hacer mayor difusión para tener mayor afición al arte contemporáneo y también más artistas contemporáneos y de otras tendencias.